viernes, 23 de julio de 2010

Encuentrro entre Vika y Simón. Primera noche juntos


Mientras Simón dormía preparamos todo lo necesario para recoger a Vika. Nos imaginábamos como sería el encuentro entre los dos. A la mañana siguiente Simón se despertó con una enorme sonrisa, su rostro reflejaba una felicidad que hasta ese momento no habíamos visto. Lo pusimos muy guapo para ir a ver a su hermana, y le dimos de desayunar. Estábamos más nerviosos que el día anterior. Por fin llegó la coordinadora y tomamos rumbo al orfanato. Allí nos estaba esperando su directora. Nos llevó a una sala donde a pocos metros se encontraba nuestra niña. Salió corriendo al vernos y cuando se encontró con su hermano se paró en seco y se puso a llorar, con sus manitas se tapaba la carita. Su hermano se reía y la llamaba. Es imposible plasmar con palabras lo que allí se respiraba, Joaquín y yo nos miramos, y no pude contener las lágrimas. Me temblaban las piernas y el corazón se me iba a salir del pecho. Por fin mis dos hijos viéndose de nuevo, después de dos años!!, es indescriptible, como cuando los conocimos por primera vez.

La primera noche los cuatro fue genial, Vika no paraba de saltar en la cama como una loca y su hermano riendo a carcajadas. Después llegó la hora de dormir y Vika empezó a llorar y a darle golpes a la almohada. La pobre añoraba su antigua cama y después de darle todas las almohadas de la habitación nos sorprendió cuando descubrimos que lo que ella necesitaba era rezar. Una vez rezamos las dos, se acurrucó junto a mí y se quedó dormida en mis brazos, yo nos podía ser más feliz. Desde entonces cada noche rezamos antes de dormir. En el aeropuerto de Moscú tuvimos que comprarle una estampa de un santo ortodoxo, la cuál besa cada noche junto a su virgen de las angustias. Por fin dormíamos bajo el mismo techo los cuatro. ¡Ya estábamos completos!. Por fin se cerró el circulo. A partir de ese momento comenzó nuestra nueva vida juntos.

A la mañana siguiente Vika desizo las maletas y se metió dentro de ellas. Sacó toda la ropa y se la puso, todo ello con la risa cómplice de Simón el cuál la miraba y la seguía en todo. Mis niños estaban felices y nosotros más. Eso si destrozados y muy cansados. Imaginaros dos niños que lo están descubriendo todo, no conocen el peligro y no tienen miedo a nada. Vika nos hacía reír con sus payasadas, se disfrazaba con la ropa de su padre o mía y se escondía para darles sustos al hermano.¡Estaban incontrolables!. Mientras Vika hacía fechorias, mi marido descubrió a Simón vigilándonos por la ranura de la puerta, por supuesto para avisar a su hermana si había moros en la costa y que dejara de hacer lo que estuviera haciendo.

Nos quedaba tan sólo una noche más para volar rumbo a Moscú - España.

5 comentarios:

  1. Ay niña que se me han saltado las lágrimas leyéndote, tiene que ser una emoción tan grande, ellos por fin reuniéndose después de dos años como vuestros hijitos. Es precioso!

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  2. ¡Qué emoción!
    Ya sois una familia, y el reencuentro mejor imposible.
    Uge

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  3. Que emoción, María. Son moemntos únicos que nuestros hijos nos regalan. Atesóralos; algún día les gustará que se los cuentes.
    MUchísimos besos y gracias por compartirlo con nosotros.

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  4. soy ANa de sevilla ¡Qué alegria!!!!! Nosotros aún estamos esperando que nos llamen para entregarnos el CI, y tememos que vamos a tardar tiempo en entregar la documentación ya que tenemos que arreglar las escrituras de la casa... Pero no sabes el ánimo que nos das al leer tu blog y pensar que aunque tardemos tiempo y nos cueste la misma vida, al final también los tendremos junto a nosotros.

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  5. q gracioso Simon vigilando para las fechorias de su hermana, se ve que son un equipo!! es alucinante q entre dos hermanos tan pequeños, que llevan años sin verse y que si no fuese por vosotros ni se hubiesen visto tengan tanta comlicidad. Maria disfrutar de este momento, Yo ahora estoy disfrutando también del mío, pero me encanta leer lo que quizás algún día yo también pueda vivir. Un abrazo

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