jueves, 7 de octubre de 2010

A mis hijos

Estoy emocionada, acabo de terminarme el desayuno y he recibido el mensaje de unos papas que en estos momentos se encuentran en Perm, Rusia conociendo a sus hijos. Y he sentido la necesidad de escribir esta entrada. Desde el primer momento que sonó el teléfono y me dieron la noticia, sentía que el corazón se me salía del pecho. Nada comparado con lo que sentí cuando vi sus caritas en la pantalla del ordenador junto a mi marido, Joaquín. Los dos saltábamos de alegría, nos temblaban las manos y llorábamos como locos. Después empezamos a preparar nuestro viaje. Ni en nuestros mejores sueños podríamos imaginar lo que íbamos a vivir en Chitá, en esas habitaciones llenas de emociones y sentimientos. Recuerdo y recordaré cada día de mi vida, cuando vi sus caritas por primera vez, sus primeros besos y abrazos. Mis niños tan diferentes y tan parecidos. Ellos no se conocían, habían sido separados desde muy pequeñitos en diferentes instituciones, pero hacían los mismos gestos, tenían la misma sonrisa y el mismo haz de luz a su alrededor. Por fin la vida nos había unido.
Han cambiado nuestras vidas, y menos mal que no los conocimos antes, porque no hubiéramos podido resistir vivir sin ellos. Victoria es una niña muy especial, madura para su edad y con un entendimiento de las situaciones asombroso. Cada día nos enseña más cosas y cada día nos abre más su corazón. Hablamos con naturalidad de su mamashiká y de su papashiká de Chitá. Nosotros sentimos un agradecimiento enorme por ellos. Nos cuenta sus miedos y cada día nos hace más preguntas. Nuestro lazo se está haciendo más y más fuerte. Entre mi hija y yo hay algo muy especial, ella confía plenamente en mí y ante cualquier situación siempre me mira y con la mirada nos hablamos, hay una complicidad increíble entre las dos. Cada vez se le ve más feliz y adaptada. Es nuestra vida, alma y corazón y nos ha llenado la vida de luz. Por las noches tiene muchos menos miedos y por la mañana cuando no ha tenido ningún terror nocturno, nos dice, "mama! esta noche no he tenido miedo, porque Vika hablar con mama y papa", y nosotros nos la comemos a besos. Ayuda mucho en casa, está muy pendiente de su hermano y es muy muy sentida para todo. La maestra dice que es muy sociable y sus compañeros de clase la adoran. Es muy inteligente y pinta como los ángeles, se pone frente a la tele y mientras mira a su personaje favorito, lo va pintando exactamente igual en el papel, ¡es increíble!. Ayer fui al cole a recogerlos con Duna. ¡Madre mía!, que satisfacción mas grande!!, cuando ella salió de clase y me vio con su Dunita, todas las compañeras de clase se acercaban a tocar a la perra y ella les decía: es mía, se llama Duna. Y su hermano la abrazaba y asfixiaba como siempre. En su rostro se notaba la satisfacción y alegría. Luego me dio mil veces las gracias por haber ido con Duna. Mi niña linda lo eres todo para mi.
Simón, mi muñeco. Nada más verlo te ilumina con su sonrisa, su mini naricilla arrugada y su boca abierta de par en par. Es pura energía, siempre alegre. sea la hora que sea, recién levantado, después de haberse dado un cocón en la cabeza por bruto, él llora un segundo y en cuanto le das el beso curativo se pone a reír. Con él no existe la tranquilidad y nos tiene locos, no podemos pasar ni un minuto sin verlo porque nos falta algo. Es media lengua, te partes de la risa con sus palabras y la forma de llamarnos. Es muy sensible y con lo cambios lo pasa muy mal. Tiene que estar cerca de sus padres y de su hermana sino de enseguida le da ansiedad. Le encanta bailar, este donde este, en cuanto escucha la música se pone a moverse con una gracia nata, y es fan numero uno de Bob Esponja. Le encanta jugar con la pelota y los coches, y si le quieres poner algo de color rosa, rojo o similar te dice que es de Vika, que chimón, como él dice, no se lo pone. No sabemos de donde ha aprendido eso. Está todo el día dándonos besos y me repite una y otra vez "mama te quero mucho". Le encanta que le tire bocaillos en la orejilla, me dice: ¡ota vez, ota vez!. Es un niño muy tierno y al igual que su hermana es nuestra vida, alma y corazón y no podríamos vivir sin él. En breve tendrán que operarlo de un lipoma en la espalda, y la operación es algo complicada. La verdad es que estamos liados de médicos. Tengo obsesión porque coma y se ponga lo más fuerte posible para afrontarla mejor. El día que le hicieron la resonancia lo pasé fatal, verlo en reanimación dormido y llamándome. Me lo pusieron en los brazos y estuvimos unas horas los dos abrazados hasta que le dieron el alta. Le pido a Dios que me lo proteja y que todo salga muy bien.

A mis hijos:
Os quiero con todo mi corazón, el mismo que os estaba esperando durante tanto tiempo y por fin os tiene dentro. Nos ilumináis la vida a vuestro padre y a mí y nos sentimos los papas más felices del mundo. Estaremos siempre protegidos por la luna, que ha velado por nosotros cada noche cuando no estábamos juntos, y ahora que nos mira feliz de vernos unidos.