Granada huele a nardos

Estas fechas son muy especiales en Granada. Empieza la época que más me gusta, ya que mi ciudad se vuelve mágica. Por donde quieras que vayas huele a nardos. Es el olor que te anuncia la llegada del otoño, mi estación preferida. Hace buen tiempo, sin calor pero todavía cálido. Las hojas comienzan a amarillear y los atardeceres son rojizos. Las floristas se ponen en cualquier rincón de las calles, y antes de verlas, el olor de los nardos te delata que en pocos metros te vas a encontrar a una tendera que te vende el ramillete de seis nardo por dos euros, todo un lujo que te mantiene la casa aromatizada. Es una delicia entrar por la puerta e inundarte con ese olor. También es la semana de la ofrenda floral a la patrona de Granada, cuya basílica se llena de color, tradición y devoción. También empieza para nosotros Sierra Nevada los fines de semana, con el bocadillo de jamón, los frutos secos y el chocolate. En cuanto esten aquí los peques tendré que llevar en la mochilas excursiones a la unas cuantas cosas más. Estoy deseando vivir todas estas sensaciones con mis dos soles y que sean ellos los que inunden de luz mi hogar. Entrar por casa y escuchar sus risas, sus voces diciendo que ya he llegado y sentir en mi pecho su calor y amor. Ahora estoy más sensible que nunca, cualquier cosa hace que piense en ellos y que quiera que estén aquí ya. Y es que llevo unos días de nervios terribles. Esta espera se me está haciendo eterna.