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lunes, 10 de octubre de 2011
¡¡¡¡Nos vamos a Disneyland París!!!!
Por fin ha llegado el momento que tanto esperábamos . Desde que le hice la promesa a mi hijo el día de su operación y todo un año ahorrando para la ocasión, por fin nos vamos a Disneyland. Desde entonces no ha habido ni un solo día en que Simón no me haya preguntado: "¿cuándo vamos a París?". Pues bien, nos quedan tan solo unas horas para coger de nuevo un avión con ellos, eso sí el rumbo y la finalidad es muy difirente. Están muy muy emocionados. Han visto las peliculas Disney mil veces. Este viaje es muy especial. Cada día miro a mis hijos y me asombro cómo en tan solo un año y cinco meses han cambiado tanto. Mi Simón está hecho un toro, corre salta y es un campeón jugando al futbol. Parece mentira que tan solo hace unos meses se enfrentaba a una operación muy delicada. Recuerdo cuando tenía que estar en reposo absoluto. Para que no se levantara del sofá o la cama le contaba cosas de Disneyland París, y así lo mantenía quieto. Mi Vika es una niña llena de luz, a la que le va a venir muy bien convertirse en princesa de cuento. Este verano ha servido para que cojan fuerzas y se pongan más grandes. Eran pececillos en el agua. Nos vamos con nuestros amigos de Madrid, cuyo hijo fue compañero de Simón el el orfanato. En cuanto le dijimos dónde íbamos no dudaron en apuntarse. A la vuelta os contaré. Gracias a todos por vuestras cartas y mensajes, sois todos estupendos.
viernes, 4 de diciembre de 2009
Escapada a Londres
El viernes pasado nos fuimos a Londres y volvimos el martes. En realidad teníamos que volver el lunes, pero ahora os contare la historia.
Resulta que hace un mes mis padres nos dieron la alegría de que nos llevaban a la familia de viaje para celebrar sus bodas de plata. El jueves preparamos maletas y partimos los seis (mis padres, mi hermana y mi cuñado, y mi marido y yo) hacia el aeropuerto de málaga para coger el vuelo a Londres. La organización del viaje fue estupenda. Todos los horarios se cumplieron a rajatabla. El chófer que nos recogía al aeropuerto para llevarnos al hotel fue muy puntual, así que fuímos directos del aeropuerto de Gatwick al hotel Charing Cross en pleno centro de Londres, junto a Trafalgar Square. El hotel es una pasada. Lo recomiendo, por el servicio y la situación tan buena que tiene. La verdad es que ha sido un viaje precioso. Nos hemos reído hasta más no poder, y por supuesto en todo momento nos acordábamos de nuestros peques. Las fechas son las ideales para visitar esta gran ciudad. Como se ve en las películas, impresionante y cosmopolita. Las navidades allí se viven de forma más intensa que aquí. La crisis allí no existe. Las jugueterias son dignas d mención, Yo alucinaba dentro de ellas y me acordaba de mis peques y de lo mucho que disfrutarían allí. La tienda de Disney es un sueño para cualquier niño. A mis soles les compramos unas mochilas preciosas en las que le meteremos fotos, juguetes etc... para cuando vayamos a por ellos. Los parques son de ensueño para pasear con nuestros niños y jugar con las ardillas que vienen a pedirte comida. El barrio de china town, era como si realmente entraras en china, los olores, las tiendas. Me acordé mucho de todas las blogueras que están adoptando en china o que ya tienen a su tesoro en casa. La verdad es que tenemos que volver con nuestros pequeñajos para que conozcan Londres, seguro que nos lo pasamos genial. Hay muchísima diversidad de culturas, y era maravilloso estar rodeado de tantas personas de diferente países que nos encontrábamos allí. En ese aspecto en España estamos bastante atrasados. Al finalizar nuestro viaje surgió "el incidente": resulta que el avión salia a las cinco de la tarde y había que embarcar a las 16:40. Pues bien, nosotros íbamos con tiempo suficiente, faltaban 35 minutos para el embarque, así que nos pusimos en cola para pasar la aduana. Pero resulta que allí no es como en España. Este tema se lo toman muy en serio y te registran hasta las suelas de los zapatos, literalmente. Nos hicieron quitarnos las botas hasta tres veces, nos registraron los bolsos, mochilas etc.... Cuando pasamos el exaustivo examen aduanero el vuelo estaba cerrándose, llegamos cinco minutos tarde para subir al avión. Acababan de cerrar las puertas y no nos dejaron pasar, por más que les suplicamos y que mi madre lloró como una magdalena. No hubo nada que hacer. Vivimos en carnes propias la puntualidad inglesa. Fuimos corriendo a hablar para preguntar por las maletas y gracias a que Joaquín habla bien ingles y se pudo entender con ellos pudimos recuperarlas. Pues imaginaros, hasta el siguiente vuelo, nos pasamos 18 horas en el aeropuerto, durmiendo en las sillas y vigilando las maletas, todo un show. Gracias a Dios que no fuimos los únicos y allí nos encontramos con varios españoles de Alicante, Málaga, Valencia y unos italianos, con los que compartimos historias y nos reímos un montón. De todo hay que sacar lo positivo.
Espero que sea el último viaje sin mis peques y que pronto hagamos el viaje de nuestras vidas a conocer y abrazar a nuestros tesoros. Cada vez l@s siento más cerca y se que muy pronto sabré de ellos y por fin nada nos separará. Espero sea cierta mi intuición porque esta espera se hace eterna...
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