miércoles, 18 de mayo de 2011

Hoy hace un año que nos convertimos en familia

Hoy y mañana son días muy muy especiales. Recogimos a nuestros hijos de la casa cuna y el orfanato. Por fin empezamos a caminar juntos de la mano, para siempre. Todavía siento en mi piel la sensación de ver a mi hijo después de varios días ¡¡ y era para llevárnoslo!!. Tengo tan vivo este recuerdo, que cuando lo pienso siento en mi ser las mismas sensaciones que entonces, eso sí, sin nervios. Le quitamos su ropita y le pusimos la que trajimos para él. Un peto vaquero que estaba para comérselo. Simón estaba deseando irse de allí, no paraba de abrazarme para que no lo soltara y no lo volviera a dejar de nuevo. Yo le decía: "tranquilo cariño, ya no nos separemos nunca más". Vinieron a despedirse de él la directora y la asistenta social. El las escuchó y volvió corriendo a mis brazos para irnos. Decíamos: "¡paka, paka"!. Y el no lloró. Todavía recuerdo ese olor fuerte de la casa cuna, que me revuelve el estómago. Cuando montamos en el coche y empezó a moverse, Simón se puso muy tenso y muy asustado. Nunca había montado en coche y era demasiado. Que conste que el conductor no ayudaba mucho, nos llevaba a trompicones, frenazos, curvas cerradas, etc.... Yo lo abrazaba y le hablaba. Le decía en ruso cosas que le tranquilizaran: "ismatrí machina" y él asomaba su cabecilla por la ventana y de enseguida la escondía. Allí dentro del coche mi niño se hizo pipí en mis piernas y le puse su primer pañal, fue emocionante. Después de varias horas de estar esperando a que la coordinadora saliera del ministerio de ultimar papeles, nos dice que la directora del orfanato de Vika ya se había ido y hasta el día siguiente no podíamos recoger a nuestra niña. Mi enfado fue muy grande, pero no sirvió de nada. Esa tarde la pasamos con Simón y con Diana la peque de nuestros queridos amigos Robert y María. Fue muy especial, ellos ya estaban en las nubes con su niña y nosotros no podíamos tener la felicidad completa porque nos faltaba nuestra niña. Esa tarde antes de cenar lo duchamos, estaba muy calladito, no decía ni una palabra, eso sí, hasta que le echamos el agua por la cabeza, entonces comenzó a llorar desconsolado. Era indescriptible todo lo que sentíamos Joaquín y yo. Después fuimos a cenar con la otra familia, Diana comía de todo, el mío ya empezó a demostrarnos que muy comilón no era. Solo comía fruta. La primera noche apenas pude dormir, lo miraba constantemente y pensaba "esta aquí". Nos acostamos deseando que llegara la mañana siguiente para ir a por nuestra niña, pero disfrutando a tope a nuestro pequeño. Cuando llegó la hora de prepararnos para ir a desayunar levanté a mis dos hombres a besos, que estaban dormidos profundamente. Vestimos a Simón y quisimos darle cereales con leche, pero mi niño no quería comer nada que no fuese plátano, yogurt o manzana. Desayunamos todos juntos. Llegó la coordinadora y nos fuimos rumbo al orfanato, pero esta vez eramos tres los que íbamos a por Vika, para convertirnos en cuatro para siempre. Mi niña estaba muy muy nerviosa, cuando corrió para venir a darnos un beso se encontró de cara con su hermano, se tapó la cara y se puso a llorar. Increíbles las emociones que allí se respiraban. La vestí mientras Joaquín se quedaba sin aliento por intentar mantener quieto a Simón, jejeje. Toda la ropa le quedaba enorme, no sabía como le iba a sujetar el pantalón de pana para que no se le cayera.
Me quedé con una pena muy grande, porque mi niña no paraba de pedirme que me llevara sus sandalias, rotas y sucias, que era lo único que le iba a quedar de allí. Todavía las tengo en la cabeza. Cuando las cogí la cuidadora me dijo que no me podía llevar nada de allí, que esas pasarían a otra niña. Y las solté, y ella volvía a dármelas, pero no me las llevé. Después en la cancela del orfanato, justo antes de montarnos en el coche su directora le dijo una palabras que me emocioné y ella toda hecha un flan asentaba con la cabecilla. Cuando miré a la puerta de entrada estaban, la cocinera, cuidadora, etc... mirándola y llorando. Ahora mientras lo recuerdo me pongo a llorar, porque siento aquellos sentimientos tan fuertes por parte de todos. Mi niña era muy querida en el orfanato. Algún día volveremos si ellos quieren y pisaremos ese suelo de nuevo. Es parte de su identidad. A partir de ese momento comenzamos nuestra verdadera aventura, los cuatro juntos para siempre y en pocos días en nuestra casa. Ahora un año después de Aquello , parece todo increíble, y a pesar de la salud de mi pequeño, que sé que va a salir adelante, él es muy fuerte y lo vamos a convertir en un pedazo de hombre que no va a entrar por la puerta de casa. Y mi princesa va a perder todos sus miedos gracias a que nosotros siempre vamos a estar ahí para velar por ella. Convertirse en familia de la noche a la mañana no es fácil, pero es lo mejor que nos ha pasado en la vida a los cuatro.
¡Felicidades Vika, Simón y Diana! A partir del 18 de mayo de 2010 por fin nos convertimos en dos familias muy felices.

9 comentarios:

  1. Hola, Maria:

    Nosotros salimos el domingo hacia Chita para celebrar el juicio y poder reunirnos con nuestro angelito que nos está esperando allí.

    Cada vez que leemos tus escritos nos estremecemos pensando en que pronto lo tendremos entre nuestros brazos y que no nos separaremos más.

    Un fuerte abrazo para toda la familia en este dia de felicidad.

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  2. Enhorabuena Toni y familia. Os mando toda la energía positiva para que salga muy bien. En nada estaréis con vuestro peque. Y a comenzar la verdadera aventura.

    Un abrazo

    María

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  3. Que historia tan bonita Maria. Me he quedado con los ojillos llorosos de leer tanto sentimiento. Debió ser muy intenso, gracias por conpartirlo.
    Un abrazo.

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  4. Maria, solo puedo decirte que muchas felicidades!!! Que los disfrutes mucho porque son lo mas hermoso de esta vida.
    Un besazo a los cuatro

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  5. ¡Qué emocionante es lo que cuentas!lo describes con tanto sentimiento que me he imaginado ese momento en el que tus hijos abandonarón el orfanato.Felicidades.

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  6. Muchas gracias por compartirlo, María! Me emociono cada vez que te leo. Un abrazo!

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  7. María me he emocionado al leer tu relato. ¡Qué recuerdos! Creo que sólo los que hemos pasado por ésto lo podemos entender. Es la misma historia que se repite una y otra vez, pero no por ello menos emocionante. Gracias por compartirlo con todos nosotros. Un besazo enorme desde Euskadi. Maitte

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  8. Enhorabuena María. Yo también me convertí en mamá un día 18, pero de Diciembre de hace dos años y en la misma ciudad que vosotros.
    Me emociona leerte porque me acuerdo de muchas cosas. Por lo que cuentas, mi hijo estaba en el mismo sitio que Vika, y son de una edad. Él acaba de cumplir los 7 añitos y también está precioso: alegre, parlanchín... y bailón.
    Un beso desde Barcelona. Susana.

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  9. PRECIOSO!!!!! PRECIOSO!!!!!

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